lunes, 27 de febrero de 2012

TODO VINO POR EL USO DE LA PALABRA "NEGRO"

Hace unos días se comentó en el curso de mediación si era correcto utilizar la palabra negro. La profesora María Ballester nos lo aclaró y debo reconocer que sus repuestas y explicaciones me hicieron darme cuenta que a pesar de formarnos, mantenernos abiertos a otras concepciones e intentar aprender todos los días de todo el mundo, caemos en los mismos errores por la falta de reflexión y nuestra incapacidad de ponernos en el lugar del otro
Hace ya unos años, en Estados Unidos, no está bien visto utilizar la palabra black e incluso en Nueva York se prohibió el uso de nigger (aquí podemos ver la noticia: Nueva York: prohíben decir "nigger"). Se recomienda utilizar afroamericano/a para referirse a la persona estadounidense cuyos antepasados proceden de África. Claro está, en Europa y, más concretamente, en España, nuestra historia es diferente y el proceso migratorio posee características propias. Supongo que para nosotros la palabra que utilizamos más despectivamente y con mayor asiduidad es moro, seguida después por sudaca y guiri (está última muy arraigada en las zonas turísticas). Aunque las tres son usos lingüísticos con enormes connotaciones racistas y peyorativas, no tienen la misma interpretación: "los sudacas y los moros no tienen nada que ver con los guiris" dándome explicaciones del tipo: "los términos sudacas y moros tienen una connotación racial —los primeros vienen de América Latina y los segundos del Magreb— mientras que los guiris es otra cosa". Para los "moros" se mencionaba también un aspecto religioso que les diferenciaba de los cristianos y judíos. "El término guiri es despreciativo en relación con el turismo, y tampoco es tan despectivo ya que (el guiri) está de paso y cuanto más dinero deja en el país, mejor". "Se utiliza con más facilidad porque son gente que tienen más privilegios, aunque no sea cierto. Es así como los consideran y te sientes con derecho a insultarlos... tampoco es un insulto pero bueno, es bastante despectivo".(Nadja Monnet. "MOROS, SUDACAS Y GUIRIS, UNA FORMA DE CONTEMPLAR  LA DIVERSIDAD HUMANA EN BARCELONA". Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales.  Universidad de Barcelona. Agosto de 2001.)
En este sentido el uso de nuestro lenguaje no sólo está ligado a los prejuicios y estereotipos que tenemos de los otros sino que se encuentra cargada de alusiones de cómo nos hemos relacionado con unos y con otros. La "comunicación" con los guiris no es igual que con aquellos que tenemos que competir por los escasos recursos sociales que disponemos; con aquellos que vienen a nuestro país a delinquir; con aquellos que tienen una religión y costumbres "atrasadas"; con aquellos que no quieren integrarse. Los guiris, en cambio, nos dan trabajo y son fuente de ingresos monetarios; además vienen-se van, algunos,  no como otros quieren quedarse. 
En definitiva, los discursos etnicamente correctos tienden a ser más habituales entre nosotros, y para los otros, pues la cotidianiedad de la diversidad nos hace más reflexivos sobre cómo utilizar nuestro lenguaje para la inclusión y no para la exclusión.

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